Viviendo con el enemigo

La historia de Villa Celina.


Los caminos que forman parte del recorrido habitual de todos los vecinos de la localidad de Villa Celina están rodeados de plásticos, retazos de telas, parte de autos, basura, sueños atascados, ganas de avanzar y desesperanza. A 4.7 km del Mercado Central se puede encontrar la calle Boulogne Sur Mer, conocida por los vecinos como uno de los basurales a cielo abierto de La Matanza. A un par de kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y sus destellos glamourosos dignos de una gran capital se pueden observar montañas de basura que hacen juego con la falta de atención estatal, la cultura sucia del barrio y la desazón vecinal.

Villa Celina es una localidad del partido de la Matanza, perteneciente a la Provincia de Buenos Aires. Está situada entre las avenidas General Paz, Autopista Pablo Riccheri, y la Ribera del Riachuelo y el Mercado Central de Buenos Aires. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) realizó el último censo de 2010 con un resultado de 125.000 habitantes, total para toda la localidad. La localidad está compuesta por los siguientes barrios: General Paz, Sarmiento, Vte. López, Las Achiras, J. M. de Rosas (ex Urquiza), José Hernández, entre otros nuevos barrios que la conforman.

La basura es generada por múltiples factores entre los que cabe destacar los deshechos mismos de los vecinos del barrio, residuos de fábricas, autopartes y basura de otros distritos. Laura Greco, vecina del barrio hace 68 años, comentó que toda su vida el basural estuvo allí y si bien hubieron intenciones de disminuirlo nunca se pudo erradicar por completo, también que el basural creció más que años anteriores. Las zonas más afectadas son el Río Matanza Riachuelo y la calle Boulogne Sur Mer, años anteriores la calle Ramón Carrillo era el centro del basural a cielo abierto pero con las limpiezas que se hicieron por las elecciones 2019 este pasó a ser el segundo foco de atención.

El vecino, Juan Montaño, contó que el Riachuelo está contaminado llegando al nivel de que los vecinos puedan construir sus viviendas sobre la basura. "El Municipio permitió la construcción de lozas para edificar casas encima del arroyo", confesó. Villa Celina es un barrio de muy bajos recursos, más cercano a parecer un barrio de emergencia donde la educación escasea y la higiene también. Según el artículo 41 de la Constitución Nacional Argentina todos los habitantes deberían gozar del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. En la localidad esto es obsoleto, el barrio vive en la desidia.

ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) es un organismo público responsable de articular las políticas públicas para el saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo y su labor depende de los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Villa Celina y su fama es el resultado de una acumulación de factores: la primera se encuentra del lado municipal y la segunda en relación con el tratamiento de los residuos provenientes de las empresas privadas. Esto es realizado con la intención de no agregar un costo extra en su línea de producción. No hay que tener tanta imaginación para recrear en la mente la cantidad de basura que debe haber en el Riachuelo para que familias puedan construir hogares sobre un río de residuos y a la vez un futuro sobre de él.

Hay tres grandes generadores de basura que son habituales hace años en esta zona: el Mercado Central de Buenos Aires, las ferias locales y los talleres clandestinos. El principal es el Mercado Central, centro comercializador de frutas y hortalizas, el mismo tiene trabajadores dedicados a la limpieza interna del predio. Puertas afuera la historia es otra, todos los residuos generados muchas veces terminan en sus alrededores aumentando el caudal del basural a cielo abierto. Montaño, vecino del barrio, contó que los predios del Mercado Central se transformaron en un depósito muy grande de basura y escombros.

En segundo lugar, de martes a domingos Villa Celina se contagia de la energía de las Ferias de la localidad: las ferias bolivianas. Estas no solo son conocidas entre sus ciudadanos y allegados por la variedad de cosas que ofrecen al público sino que también son famosas por los residuos que se observan luego de estos encuentros. Estos eventos se realizan hace varios años y no son multados ni regulados por el Municipio.

Otra cuestión generadora de residuos son los talleres clandestinos. Generalmente, son de la industria textil y según fuentes testimoniales en la madrugada suelen arrojar los residuos generados durante el día a la calle Boulogne Sur Mer. Los mismos talleres son el centro de reclamo por la falta de electricidad de las casas alrededor. Son los propios vecinos los que denuncian no solo la basura que dejan en las calles sino también el estar "colgado" a fuentes eléctricas que generan cortocircuitos para el vecindario y cortes de luz más seguidos. Gracias a esto, cada vez quedan menos talleres de este tipo en Villa Celina.

Cantidad de basura generada el fin de semana. 

"Cultura sucia", "los vecinos son así", "es que el barrio no conoce otra cosa" son algunas de las frases que más se repiten de quienes viven allí. Una vecina del barrio que vive hace 58 años confesó que no conoce otra cosa, que Villa Celina siempre fue así, descuidada, acogedora con los inmigrantes, con mucho espíritu vivo bajando la Au. Ricchieri pero en la periferia de la ciudad la historia era otra. "Hay vecinos que no están acostumbrados a vivir en lo limpio", esta triste realidad se respira en el barrio. La basura no es recolectada a diario y los vecinos no reconocen las acciones que hacen que el sistema de recolección barrial colapse. Los tachos se llenan, la basura cae, los recolectores solo juntan lo que está a su alcance dejando atrás todo lo que no esté en el tacho o en bolsas, y así se forman de a poco los famosos cordones de basura que caracterizan el barrio.

La basura siempre termina en el mismo lugar: Villa Celina. Todos los saben, el municipio y entidades que trabajan para la recolección de la misma. Desde ambos lados se terminó el acuerdo de buscar alguna manera de sancionar a quienes estén colaborando con los basurales. Se pensó en poner alguna norma básica de cumplimiento, poner algún inspector en el lugar, detectar los responsables de los vuelcos y apercibirlo con alguna multa para dar presencia desde el Estado , con esto se espera disuadir este tipo de acciones. Si bien la zona de intervención es amplia y depende de distintas entidades, se intentó marcar un cambio y no repetir los mismos errores. Descartando las acciones que se habían probado antes y no funcionaron para dar un paso al futuro y así mejorar la calidad de vida de los vecinos.

Sin embargo, por el momento esto no es posible, debido a que antes de la pandemia la empresa encargada de la recolección de los residuos diarios, Martin y Martin S.A, no aclaró la cantidad de empleados que tiene para que se puedan distribuir correctamente en la Matanza. Uno de los concejales de la localidad, Guido Goluscio, notó la existencia de este bache de información que ocurría en el municipio. Antes de la cuarentena obligatoria tenía la intención de investigar a fondo la relación empresa-municipio y adentrarse en la forma de trabajar. Solía presentar informes sobre la cantidad de días que pasaban a recolectar la basura por la Av. Boulogne Sur Mer.

Martin y Martin S.A recibe del Municipio la suma total de $3.600 millones anualmente para manejar todo el servicio de recolección del área. Por el contrario, la empresa deja mucho que desear frente a lo que se necesita para el cumplimiento óptimo del trabajo y necesidades vecinales. Vecinos del barrio reconocen al trabajo como "ineficiente" y proponen como solución que se agreguen más días de recolección o más personas que trabajen en la jornada. Actualmente, los concejales cumplen con su labor hablando con los residentes a través de la plataforma de Zoom para que puedan contar sus problemas y conversar sobre la localidad. Por el momento, esto es una solución viable para responder todos los reclamos. La Matanza sufre una crisis de representatividad al tener dos millones de habitantes, son 24 concejales por lo que se calcula que un concejal representa a ochenta mil personas. Goluscio, comentó que se "complica" estar en todos lados.

Vivir entre tanta preocupación y falta de respuesta resulta desesperante. Sentir que los que deben luchar por el barrio tienen otras prioridades más que el bienestar común es insoportable. Es por esto que los vecinos del barrio Villa Celina crearon su propia comisión barrial en 2015 para tratar todas las problemáticas que hay allí. Tuvieron múltiples reuniones en donde los temas a tratar la mayoría de las veces eran los mismos: inundaciones en el barrio, recolección de basura, seguridad y bomberos. Las mismas se hacían en casas particulares con una convocatoria a distintos sectores residenciales del barrio; la problemática de bomberos tiene su propia organización vecinal, la de seguridad la suya y así con cada malestar en la localidad.

Estas reuniones quedan registradas a través de minutas elevadas a la Municipalidad de la Matanza, al presidente del Honorable Concejo Deliberante y al concejal Miguel Saredi. Las minutas se escribían con la intención de mantener un registro sobre las problemáticas presentadas desde la vecindad con ánimos de encontrar una respuesta favorecedora. Algunos de los temas de las reuniones eran la limpieza de las calles, obras faltantes de cloacas, provisión de agua, denuncias por la carencia de obras sanitarias, ausencia de ambulancias, olores nauseabundos, contaminación ambiental, enfermedades por la contaminación y faltante de vacantes escolares, entre otras cosas.

Hubo una reunión que se diferenció del resto, dado que tuvo la presencia del Ministro de educación de la República Argentina, Alejandro Finocchiaro. En esa reunión se presentaron las principales problemáticas anteriormente mencionadas, en la que la basura tuvo un espacio de difusión importante. Para formalizar el encuentro los vecinos le entregaron todos sus reclamos en un portfolio en el que estaba incluido una planilla con 225 firmas de residentes de la zona. Los vecinos con urgencia en tener mejoras cooperaron con todas las entidades públicas para que las acciones se lleven a cabo. Por ejemplo, ayudaron a trabajar de forma eficiente a Lucas Peverelli, un trabajador de ACUMAR, facilitando la buena relación en el barrio.

Quema de residuos para disminuir las plagas. 

Según la Ley 25.675 "Ley General del Ambiente" se establecen presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la prevención y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable. La política ambiental argentina está sujeta al cumplimiento de los siguientes principios: de congruencia, de prevención, precautorio, de equidad intergeneracional, de progresividad, de responsabilidad, de subsidiariedad, de sustentabilidad, de solidaridad y de cooperación. Si bien en Villa Celina hay presupuestos fijos para la recolección con empresas privadas estos no cumplen con su labor.

El día se hace largo cuando se trata de hacer justicia por mano propia, lamentablemente es así como lo sienten los vecinos que para apaciguar la plaga de roedores queman la basura de noche. Esto no solo tiene el peligro de que el fuego se expanda y llegue a las casas, sino también afecta en extremo la contaminación del medio ambiente y la salud de sus habitantes.

Si bien va a llevar tiempo que el barrio pueda transformar su forma de vivir y convivir con la basura, la opción más viable y recomendable para ellos y el medioambiente es la que reciclar, reducir y reutilizar. Esto puede lograrse de múltiples formas y se puede adaptar a cualquier estilo de vida, solo hace falta aportar un mínimo grano de arena. Goluscio, concejal de Deporte y Cultura, asumió la responsabilidad sobre este tema comentando que a futuro podría implementar charlas y consignas en algún club de niños porque considera que se debe aprender desde temprana edad sobre la cultura medioambiental. Pequeñas acciones llevan a grandes cambios, y tal vez no sea de la noche a la mañana pero en una década la diferencia se hará notar.

Basura y aguas servidas en uno de los barrios céntricos. 




© 2020 Basural de Villa Celina. Giuliana Spellanzon y Rosario Martinez.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar